Testamento de un comerciante de muebles

Siempre IKEA.

Mucho antes de que el resto del mundo empezara a hablar de cultura corporativa, Ingvar Kamprad puso por escrito su visión y sus ideas para IKEA. Lo tituló el Testamento de un comerciante de muebles. En él, traza los pasos que debe seguir IKEA para obtener buenos resultados y ser un negocio fuerte. Entonces, ¿de qué se trata?

Para IKEA, los años setenta estuvieron marcados por la innovación y la expansión. Se abrían nuevas tiendas IKEA constantemente y se sacaron productos que siguen siendo icónicos hoy en día, como LACK, BILLY o IVAR. Se probaron nuevos materiales e IKEA empezó a centrarse cada vez más en las necesidades de las familias en el hogar. Los comienzos de los setenta también fueron la época en la que realmente empezaron a cobrar vida las ideas para el negocio: fabricar y vender productos para el hogar a precios bajos. Y a mediados de esta década de expansión, Ingvar Kamprad y su familia decidieron mudarse a Dinamarca. Debido a las restrictivas normas suecas sobre comercio exterior y lo caros que eran los impuestos allí, quedó claro que iba a ser difícil expandir la actividad de IKEA internacionalmente desde Suecia. Durante cuatro años, la familia Kamprad vivió cerca de las nuevas oficinas en Humlebæk, hasta que llegó el momento de mudarse de nuevo, esta vez a Suiza. Pero, por supuesto, ahora Älmhult estaba más lejos. ¿Qué iba a hacer Ingvar para ver a todos sus nuevos y antiguos colaboradores y colaboradoras? Sería prácticamente imposible charlar con su equipo. Y esto ocurría en un momento en el que, debido a la continua expansión, era más necesario que nunca hablar de cultura corporativa y del enfoque de IKEA.

Para mantener en marcha la cultura IKEA, Ingvar decidió agrupar en nueve puntos sus ideas para IKEA. Al resumir sus reflexiones sobre cómo IKEA debía avanzar más adelante, incluso cuando él ya no siguiera trabajando, podría llegar a todas las personas implicadas en la creación del IKEA del futuro.

El Testamento de un comerciante de muebles se publicó en 1976. Este documento contenía todos los pilares básicos de la marca IKEA. Ingvar formuló su principal objetivo social, la visión IKEA: «Crear un mejor día a día para la mayoría de las personas». Y esta visión se haría realidad a través de la idea de negocio: «ofrecer un amplio surtido de productos para el hogar, funcionales y de buen diseño, a precios que resulten asequibles para la mayoría de las personas».

Pero, ¿cómo lograr este objetivo? Según Ingvar, con la ayuda y dedicación de todo el equipo de colaboradores IKEA que compartían estos valores. Ingvar comprendió que una cultura fuerte no solo inspiraría a las personas que trabajasen en IKEA, sino que también les supondría un gran reto. Esta cultura daría significado al trabajo, más allá de ser simplemente una forma de llegar a fin de mes.

El primer punto del Testamento de un comerciante de muebles establecía que la identidad de la marca se encuentra en el surtido de productos; por tanto, el surtido debía reflejar lo que era IKEA. Debía ser sencillo y simple, resistente y fácil de utilizar. Todos los productos, desde los sofás hasta las sartenes, debían percibirse como característicos de IKEA en Escandinavia, pero como típicamente suecos fuera de Escandinavia. Además, debían ser funcionales y de buena calidad, y adaptados a las necesidades de las personas. Es más: los precios no podía ser simplemente bajos como hasta entonces, ¡había que ofrecer precios bajos con sentido! IKEA debía concentrase en el diseño técnico, el diseño de producto, la distribución y los materiales para poder mantener los costes tan bajos como fuera posible sin que ello afectara a la calidad. Los precios eran fundamentales para IKEA, que se dirigía a la mayoría de las personas, y especialmente a aquellas con menos recursos.

Las palabras «sencillez» y «juntos» se utilizan con frecuencia en la cultura de IKEA.

Los ocho puntos restantes se centran en otras áreas, como el espíritu IKEA: un sentimiento de comunidad que reside en el entusiasmo y en la disposición para ayudar y asumir responsabilidades. Un espíritu basado en la humildad y la sencillez. El texto explica cómo los beneficios aportan recursos, y da la solución a un apasionante dilema: «Si subimos demasiado los precios, no podremos ofrecer los precios más bajos. Si los bajamos demasiado, no reuniremos recursos». Declara también que «plantear soluciones caras para cualquier tipo de problema suele ser síntoma de mediocridad». En IKEA, la clave es lograr buenos resultados con pocos medios. Una solución no se tiene en cuenta hasta saber cuánto cuesta. La sencillez se considera una virtud, y planificar de manera exagerada, la causa más habitual de fracaso de un negocio. El Testamento está redactado con mucha determinación; nada que ver con el lenguaje refinado de las empresas de hoy en día. Tanto el modo de expresarse como el contenido dejaban muy claro que no se trataba de una empresa más. IKEA se atrevía a ser diferente y, al mismo tiempo, asumir responsabilidades. Y además era optimista: el futuro se presentaba «magnífico». Aparte de intentar prever el futuro de IKEA, el documento pretendía ante todo ser una guía detallada sobre cómo realizar el trabajo. Las palabras «sencillez» y «juntos» se utilizan con frecuencia en la cultura de IKEA.

¿Y qué tipo de personas pueden lograr todos estos objetivos? A la hora de contratar a alguien, IKEA presta más atención a las cualidades personales que a la formación. La empresa busca un equipo de entusiastas humildes y con iniciativa, que tengan un estilo de vida sencillo y positivo, y en el que las personas estén en el centro y la unión sea un valor esencial. Y la mayoría de colaboradores y colaboradoras en IKEA tienen ese espíritu especial.

Lo que Ingvar Kamprad escribió en 1976 en su «testamento» sigue siendo aplicable hoy en día, y se puede considerar una especie de constitución para IKEA. Se han añadido cosas después, como el glosario Un pequeño diccionario de IKEA, en el que Ingvar definió algunos conceptos que forman parte de la cultura de IKEA.

La sociedad e IKEA cambian constantemente, pero los principios básicos del Testamento de un comerciante de muebles permanecen intactos: lo que es IKEA y su manera de hacer las cosas. Eso es eterno. Ingvar estaba convencido de que una cultura fuerte y claramente definida es el factor más importante para alcanzar y mantener el éxito.

¿Tienes curiosidad por leer el Testamento de un comerciante de muebles de Ingvar Kamprad?

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