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Te presentamos a Ingvar
Kamprad
¿Cómo consiguió un chico normal y corriente de Älmhult convertirse en uno de los emprendedores con más éxito del mundo? El ingenio y la constancia típicos de las personas de Småland son solo parte de la respuesta. Ingvar Kamprad fue, en gran medida, el resultado de una infancia repleta de amor e imaginación. Una infancia en la que los adultos tenían tiempo para jugar y escuchar. Un mundo seguro rodeado de bosques y terrenos poco fértiles. El lugar ideal para jugar a hacer negocios.
Cómo nació
IKEA
IKEA fue registrada como empresa el 28 de julio de 1943. Pero aún le quedaba mucho para convertirse en la empresa de muebles que es hoy. En sus primeros años como empresario, Ingvar Kamprad se dedicó a importar bolígrafos, relojes y medias de nailon, y en el proceso fue aprendiendo poco a poco los entresijos del negocio. Pero tras tener problemas con unas licencias de importación, empezó a buscar nuevas ideas, y decidió centrarse en los muebles. Ingvar descubrió que tenía la oportunidad de tender un puente entre el cliente y el fabricante, y así, gradualmente, empezó a adquirir forma un modelo comercial.
¿Y por qué no
muebles?
Hacia finales de los años cuarenta IKEA empezó a vender muebles, y esta se convirtió enseguida en su principal actividad. Convertir los retos en oportunidades dio lugar a todo tipo de innovaciones en el proceso de compra, las finanzas y la distribución. Todo ello ya resultaba evidente en los primeros pasos que dio Ingvar Kamprad a pequeña escala, vendiendo bolígrafos y pipas desde casa; pero no fue hasta los años cincuenta cuando el potencial y las oportunidades que presentaban la brecha entre cliente y fabricante se materializaron de verdad.
La primera tienda
IKEA
Cuando IKEA abrió su nuevo espacio expositivo en Älmhult en 1958, todo el mundo asistió a la ocasión: el gobernador del condado y el presidente de la junta municipal, así como periodistas y críticos de Estocolmo, todos ellos ansiosos por conocer la última jugada de Ingvar Kamprad, el revolucionario de los muebles.
El restaurante más grande del
mundo
Cuando en 1953 Ingvar Kamprad abrió las puertas de su primera exposición de muebles en Älmhult, su idea era ofrecer a cada visitante un café y una galleta, todo un fenómeno para el espíritu ahorrador de Småland en aquella época. Y fue un gran éxito. Las colas eran largas, y cundía el pánico cada vez que las galletas empezaban a agotarse.
Calidad
En septiembre de 1964 se publicó un artículo en una revista de diseño de interiores sueca donde se afirmaba que una silla de 33 coronas (3,3 €) de IKEA era mejor que una silla prácticamente igual que costaba cinco veces más. En IKEA se quedaron encantados, pero el resto del sector de los muebles se indignó y amenazó con boicotear a la revista.
Testamento de un comerciante de
muebles
Mucho antes de que el resto del mundo empezara a hablar de cultura corporativa, Ingvar Kamprad puso por escrito su visión y sus ideas para IKEA. Lo tituló el
Testamento de un comerciante de muebles
. En él, traza los pasos que debe seguir IKEA para obtener buenos resultados y ser un negocio fuerte. Entonces, ¿de qué se trata?
Nuestra bolsa más
querida
Con más de 30 años en el surtido IKEA, esta es una de las bolsas más utilizadas del mundo. Es amplia y resistente, cabe prácticamente cualquier cosa, tanto si vas de compras como si vas a mudarte, hacer la colada o irte a la playa. Además, nuestra icónica bolsa ha inspirado a muchas personas a transformarla en nuevas creaciones, desde versiones caseras hasta diseños de marcas de lujo.
Todo se viene
abajo
Hasta 1989, la producción en países del Telón de Acero fue un pilar básico de la estrategia de compras a largo plazo de IKEA. Ingvar Kamprad acudió a ellos en los años sesenta, cuando fue víctima en Suecia del boicot de otros fabricantes de muebles y del sector en general. En economías planificadas como la de Polonia, las materias primas tenían precios muy bajos y había fábricas estatales de gran capacidad que necesitaban comerciar con países occidentales, ya que su divisa no podía ser usada en el oeste ni cambiarse por dólares. IKEA realizó grandes inversiones en fábricas muy deterioradas, instalando maquinaria y piezas de repuesto, y ofreciendo formación a sus empleados. ¿Y qué ocurrió cuando el Telón de Acero se vino abajo?
¿Te van los perritos calientes?
¿Cuántas maneras hay de mejorar un perrito caliente? Muchas, al parecer. A mediados de los noventa, IKEA se dio cuenta de que el perrito caliente era un símbolo perfecto de buena calidad y precio asequible. Tal vez sea mucho pedir de una modesta salchicha, pero se convirtió en pieza importante del puzle cuando se desarrollaban productos innovadores y atrevidos. Empecemos por el principio, cuando un perrito caliente no era más que un perrito caliente.
Grandes
errores
A Ingvar le encantaba cometer errores, siempre que sirvieran para aprender algo y no se volvieran a repetir. «Cometer errores debe estar permitido. Las personas mediocres son siempre negativas y se pasan el tiempo demostrando que tenían razón», escribió en el
Testamento de un comerciante de muebles
en 1976. Tal como lo veía Ingvar, el miedo a equivocarse era «el enemigo del desarrollo» y «la base de la burocracia».
¡¿1
euro?!
¿Qué hacer cuándo se te pide que hagas lo imposible? ¿Decir que no? Pues bien: en este caso concreto, Paulina Pajak no tenía esa opción. Paulina es desarrolladora de producto en el departamento de Iluminación, donde se desarrolla el surtido de artículos IKEA a nivel global. La persona que buscaba lo imposible no era otro que el fundador de IKEA, Ingvar Kamprad, quien entró un día en el departamento y anunció: «Vamos a vender bombillas led por menos de un euro».
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