Hasta 1989, la producción en países del Telón de Acero fue un pilar básico de la estrategia de compras a largo plazo de IKEA. Ingvar Kamprad acudió a ellos en los años sesenta, cuando fue víctima en Suecia del boicot de otros fabricantes de muebles y del sector en general. En economías planificadas como la de Polonia, las materias primas tenían precios muy bajos y había fábricas estatales de gran capacidad que necesitaban comerciar con países occidentales, ya que su divisa no podía ser usada en el oeste ni cambiarse por dólares. IKEA realizó grandes inversiones en fábricas muy deterioradas, instalando maquinaria y piezas de repuesto, y ofreciendo formación a sus empleados. ¿Y qué ocurrió cuando el Telón de Acero se vino abajo?